Cuando adoptamos una posición dualista vemos el amor y el odio como opuestos absolutos, como expresión de dos principios irreductibles entre si. Una vez establecida esta postura es inevitable que la vida sea concebida como una eterna lucha entre ambas fuerzas. El amor y el odio. El bien y el mal.
Cuando creo que la energía última que subyace en la dinámica psíquica es el amor, y puedo sintonizar mi conciencia personal con esa dimensión mas expandida , mi actitud y mis prioridades ante el conflicto cambian profundamente. Cuando comprendo que el odio es , en esta dimensión , una forma de la desesperación enloquecida del impulso amoroso, mi busqueda se orienta a descubrir "como se enloqueció ese impulso amoroso hasta convertirse en odio".
En este caso, ante una conducta de odio se que si logro ingresar en su interior , van a ir apareciendo , como en sucesivas capas de una cebolla, la frustración, la confusión, la desesperación, , las conclusiones equivocadas, que fueron distorsionando el impulso amoroso original . La tarea curativa consiste en desandar ese camino hasta comprender como fue que se distorsiono su impulso amoroso original y recuperar la conexión con él. Es bueno recordar que amorosamente no significa debilitamiento , significa EFICACIA.
Fte Norberto Levy.
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